Cómo una familia de mariachis está conquistando Nueva York y más allá
Ramón Ponce Jr. tocando con el Mariachi Real de México en la Bolsa de Nueva York durante las celebraciones del 5 de mayo del 2020. Foto cortesía del Mariachi Real de México
Una banda fundada por padre e hijo ha sido clave para el florecimiento de la cultura mexicana en la Gran Manzana, mientras comparten esta música tradicional con las futuras generaciones.
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Ramón Ponce no ubica precisamente cuando empezó a cantar, pero recordó que su talento le permitió ganar un concurso a los cinco años. Esto fue hace décadas en la capital de Puebla, México, donde nació en el seno de una familia de músicos. Vivían cerca de la Plaza Santa Inés, en donde mariachis como su padre, Ramón Sr., tocaban ante clientes potenciales, a quienes buscaban impresionar para que los contrataran por hora.
“Siempre estábamos escuchando mariachi desde la casa porque estábamos muy cerquita”, dijo Ramón Jr.
También hubo muchas reuniones familiares en las que, inevitablemente, la noche terminaba con gente tomando sus instrumentos para tocar y cantar juntos, algo que siguen haciendo hoy en día en la ciudad de Nueva York.
La música siempre ha estado presente en sus vidas. Como suele decir Ramón Jr.: “Es como beber agua para nosotros”.
Después de que Ramón y su padre se mudaron a la ciudad de Nueva York, crearon lo que para muchos se ha convertido en una de las compañías de mariachis más famosas de Estados Unidos: el Mariachi Real de México. A lo largo de sus casi 35 años de carrera, han tocado en innumerables restaurantes, fiestas de cumpleaños y bodas, incluso en las fiestas de cumpleaños de la estrella de rock Bruce Springsteen en New Jersey durante varios años consecutivos, así como en el cumpleaños 90 de Henry Kissinger y en la inauguración de LittleIsland.
Ramón Ponce Sr., miembro fundador de Mariachi Real de México, en el puente de Brooklyn. Foto cortesía del Mariachi Real de México
El 14 de octubre, el Mariachi Real presentó su mayor concierto hasta la fecha en Carnegie Hall, organizado por Ramón Jr.. Era la primera vez que Carnegie había acogido una noche entera dedicada exclusivamente a la música de mariachi.
El concierto “Mariachi Spectacular” contó con algunos de los mejores del mundo: el Mariachi Vargas de Tecalitlán, fundado en 1897 y considerado por muchos como “el mejor mariachi del mundo”; el Mariachi Sol de México, un grupo aclamado internacionalmente y cuyo fundador, José Hernández, viene de una familia de cinco generaciones de músicos mariachis; y la propia “Reina del Mariachi”, Aída Cuevas.
Ramón Jr. dedicó la presentación a su padre, quien estaba en el público y que el año pasado había tocado en el último concierto de su carrera de 78 años en Carnegie.
“Al final del día, todo esto es gracias a él”, dijo Ramón Jr..
Cuando le pregunté a Ramón Sr. cómo se sentía al ver su familia y sus compañeros en el escenario esa noche, simplemente respondió: “Me quería subir”.
El Mariachi Real de México actúa con el cantante de ópera José Adán Pérez en el escenario del Carnegie Hall el 14 de octubre de 2025. El concierto, dirigido por Ramón Ponce Jr., marcó la primera vez que el Carnegie Hall dedicó una noche completa a la música mariachi. Foto de Alesandra Tejeda para palabra
UN MARIACHI EN EL CORAZÓN DE PUEBLA
Ramón Sr. nació en el pueblo de San Bernardino, Puebla, en 1941, donde su padre tocaba la tuba en la banda del pueblo. Ramón creció escuchando tocar a su padre y a su hermano mayor, y a los siete años comenzó a tocar con ellos. A los 20, empezó a tocar la trompeta.
En aquella época, era habitual que los grupos con los que tocaba ensayaran durante horas por la tarde y luego descansaran hasta las diez de la noche, cuando salían a tocar y cantar por la ciudad.
“En lugar de descansar, me iba al baño, me encerraba con la trompeta y ahí estudiaba hasta las 9:30”, dijo Ramón.
Así fue como avanzó y alcanzó a sus compañeros, que llevaban más tiempo tocando.
Esta práctica le sirvió de mucho. Pronto lo invitaron a unirse al Mariachi Puebla. Ramón aceptó y los acompañó de gira por el estado de Guerrero. Fue el comienzo de décadas dedicadas a recorrer el país y tocar con algunos de sus talentos musicales más ilustres, como Lola Beltrán y Vicente Fernández, iconos del mariachi durante su época dorada.
El legendario cantante Vicente Fernández (izquierda) y Ramón Ponce Sr. (derecha). La foto dice: “Para Ramón, de tu amigo Vicente Fernández”. Foto cortesía de Mariachi Real de México
Luego llegó otra invitación que cambiaría su vida. Un grupo, también llamado Mariachi Puebla, lo invitó a tocar con ellos en Nueva York. Ramón se mudó de México el 12 de enero de 1988, un día que recuerda por toda la nieve que había cuando llegó.
“Ni el frío sentí por el gusto que llegué aquí en Nueva York”, recordó Ramón.
Unos meses más tarde, Ramón Sr. mandó por su hijo, que entonces tenía 13 años.
EL PODER DE “LA MALAGUEÑA”
Aunque el plan era eventualmente regresar a su país natal, Ramón Jr. se matriculó en una escuela secundaria en Queens.
Al poco tiempo, Ms. Kramer, la maestra de Ramón Jr., se dió cuenta de su talento por el canto y lo animó a audicionar para academias de música, entre ellas LaGuardia Arts, recordó Ramón Jr..
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En aquel momento, él no estaba consciente de lo prestigiosas que eran estas escuelas, ni de los cientos de estudiantes que se presentaban en las audiciones. Ramón Jr. dijo que no estaba nervioso el día de la audición para LaGuardia, a la que Ms. Kramer lo llevó personalmente. En la sala, Ramón les dijo al jurado de la audición que no hablaba inglés. Una de los profesores le respondió en español que no importaba, que solo querían escuchar su voz.
Ramón cantó “La Malagueña”, una canción popular mexicana que requiere un falsete muy técnico y conmovedor. Era la misma canción que cantó en el concurso que ganó en México cuando tenía cinco años.
“Es como mi canción de la suerte”, dijo.
Lo aceptaron ese mismo día, algo que usualmente no hacían.
Ramón y su padre decidieron quedarse en Nueva York. El año siguiente, Ramón Jr. comenzó sus estudios en LaGuardia, donde descubriría mundos musicales que no conocía y construiría poco a poco una base sólida de teoría y técnica musical.
En casa, Ramón comenzó a tocar el viejo guitarrón de su padre. Le encantaba su sonido.
Cuando Ramón Jr. tenía dieciséis años, el grupo en el que tocaba Ramón Sr. se disolvió. Se abrió así la oportunidad de cumplir con un sueño familiar. Juntos fundaron el Mariachi Real de México, y así comenzó la carrera de Ramón Jr. como músico profesional.
El Mariachi Real De México en 1991. De izquierda a derecha: Pedro León (trompeta), Guadalupe Escalera (vihuela), Agustín García (vocalista), Ramón Ponce Jr. (guitarrón) y Ramón Ponce Sr. (trompeta). Foto cortesía de Mariachi Real de México
NACE UNA BANDA DE MARIACHIS EN NUEVA YORK
Ramón Sr. invitó a unos viejos compañeros de México a unirse al Mariachi Real. Muchos de ellos tenían décadas de experiencia, mientras que Ramón Jr. solo llevaba unos meses en el mundo profesional.
“Ellos fueron mi universidad”, dijo Ramón Jr. De ellos, Ramón aprendió diferentes estilos de tocar: “Sones, huapangos, rancheras, pasos dobles, polkas… todo era nuevo para mí”.
Al igual que su padre en su día, Ramón Jr. practicaba en su tiempo libre. Tenía una libreta en la que anotaba los nombres de las canciones que tocaba la banda y que él no conocía. Luego iba a buscar y comprar el casete de esa canción, la escuchaba en casa y escribía su propia partitura. Poco a poco memorizó un repertorio variado que reflejaba las diferentes experiencias y raíces regionales de los miembros de la banda, así como los gustos multiculturales del público neoyorquino.
Desde entonces, la experiencia y el alcance de la banda se han ampliado considerablemente. Aunque poco a poco dejaron de tocar en restaurantes debido a la demanda de clientes para eventos privados, siguen tocando en cumpleaños y eventos por toda la ciudad, además de en salas más grandes.
Ramón Ponce Jr. y Ramón Ponce Sr. en la iglesia Saint Peter's de Manhattan, donde solían dar clases. Foto de Alesandra Tejeda para palabra
UNA ACADEMIA DE MARIACHIS PARA TODOS
En 2002, Ramón Jr. y Ramón Sr. fundaron una academia de música mariachi, la primera en la costa este y la única gratuita del país, para que los jóvenes aprendieran a tocar música mariachi. De los cientos de alumnos que han formado, muchos han seguido su propia carrera profesional.
Sin embargo, la escuela no es una especie de “fábrica” de mariachis, según Ramón Jr.
La misión desde el día uno ha sido “compartir la música mariachi y educar no solo a los jóvenes, sino también al público en general, sobre lo que realmente es la tradición del mariachi”.
Como dijo Ramón Sr.: “A Dios le pido que cada día se fortalezca más la cadena musical y que estos niños logren nuestro arte”.
¿Qué consejo les da? “¡Échenle sentimiento!”.
Ramón Jr. suele invitar a los jóvenes estudiantes a participar en los prestigiosos eventos en los que tocan. Justo antes de que comenzara el espectáculo en Carnegie, los niños de la Mariachi Academy y de otra escuela de mariachis de la ciudad se colocaron en la parte trasera del teatro, esperando el momento en que podrían entrar en fila por los pasillos y unirse a la primera canción.
Ramon Ponce Jr. durante un ensayo para el concierto Mariachi Spectacular en el escenario del Carnegie Hall. Foto de Alesandra Tejeda para palabra
SUEÑO “ESPECTACULAR”
Ramón Jr. llevaba más de un año organizando el show de Mariachi Spectacular, aunque la idea se le había ocurrido muchos años antes. Dijo esperar a que sea el primero de una serie de conciertos que permitan recaudar fondos para becas estudiantiles en las distintas academias de mariachis de la ciudad.
A medida que se acercaba el evento inaugural, dijo que sentía que su sueño se revelaba “como una foto Polaroid”.
“Cada día, (el sueño) se hacía más claro”, dijo Ramón.
Su día a día como líder del grupo suele estar lleno de actividades administrativas. Pero en el escenario, se siente como un niño otra vez.
“Se te quita la preocupación y lo disfrutas”.
Nayeli Chávez-Geller, reportera y presentadora de Univision, fue la presentadora del programa y, por un momento, se trabó al hablar.
“Me pegó la emoción”, dijo Chávez-Geller más tarde. “Me pareció un momento muy digno e histórico”.
Al poco tiempo, las trompetas, los violines y las guitarras estallaron en la primera canción: “Son De La Negra”. El público estalló en ovaciones. La prohibición del uso de celulares en el teatro se volvió inmediatamente imposible de mantener. Otras muestras de alegría, normalmente consideradas “molestas”, fueron toleradas durante toda la noche: los espectadores se levantaban para ver mejor, bailaban, agitaban banderas y gritaban “¡viva México!” o coreaban “¡otra, otra!”.
En el escenario se estaba haciendo historia.
Miembros de las tres bandas que tocaron en Mariachi Spectacular: Mariachi Real, Mariachi Sol y Mariachi Vargas, interpretando juntos la última canción de la noche en el Carnegie Hall. Foto de Alesandra Tejeda para palabra
Una espectadora, Yolanda Maya, dijo que ella y su amiga, Lorena Sánchez, vinieron a disfrutar de la música y la cultura mexicana, especialmente en el momento político actual, en el que muchos miembros de la comunidad latina se sienten atemorizados e intimidados.
“Todos fuimos creados iguales”, dijo Maya. Ese es el mensaje que la música tiene el poder de transmitir.
“No nos detuvo el ambiente político”, añadió Sánchez. “Estuvimos decididas a disfrutar de nuestra cultura y ser parte de este maravilloso evento”.
Durante el intermedio, Gabriel Fonseca Flores, un asistente de Puebla, me pidió un favor: quería pedirle matrimonio a su novia al final del espectáculo y necesitaba de alguien que lo grabara.
Cuando más tarde le pregunté por qué había elegido esa noche, me dijo que tanto a él como a su novia dominicana les encanta la música mariachi. Dijo que incluso le cantó “Hermoso Cariño”, una serenata romántica de Vicente Fernández, durante una fiesta de cumpleaños de la madre de ella. Fonseca decidió que el espectáculo era el lugar perfecto para pedirle matrimonio.
Aída Cuevas salió al escenario para el gran final. Al terminar su última canción, dio gracias a Dios por poder cantar música ranchera, orgullosa de llevar el traje de charro puesto. “Este es el traje que nos representa en cualquier parte del mundo”, dijo Cuevas ante un público animado.
Al final del espectáculo, cuando los espectadores se dirigían a casa, Flores retrasó la salida de su novia de la fila; luego se dio la vuelta y se arrodilló. Las personas que los rodeaban se dieron cuenta de lo que ocurría y aplaudieron.
Ella le dio un “sí”.
Aída Cuevas cantando con el Mariachi Real de México e invitando al público a unirse a su canción en Carnegie Hall. Foto de Alesandra Tejeda para palabra
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Alesandra Tejeda es una galardonada escritora, fotógrafa y productora de audio multilingüe, viviendo en la ciudad de Nueva York. Ha colaborado con The Colorado Independent, The Brooklyn Paper, The Washington Post, The Creative Independent y la revista Written in Air. Cursó estudios medioambientales y periodismo en el Colorado College antes de mudarse a Nueva York para producir podcasts con Wonder Media Network, en donde ayudó a producir historias bilingües y contribuyó a programas galardonados como «As She Rises». Viajó por todo el mundo como becaria Watson y ahora es becaria de reportaje literario en la Universidad de Nueva York. Nació y se crió en la Ciudad de México. @tejedale | alesandratejeda.com
Rodrigo Cervantes es un periodista bilingüe y estratega en comunicación galardonado y con amplia experiencia en Estados Unidos y México, entre otros países. Ha colaborado con medios como NPR, CNN, The Los Angeles Times y la BBC. Dirigió el buró en México de KJZZ, fundando la primera oficina internacional de una emisora de radio pública estadounidense. Fue editor general de la sección de Negocios de El Norte, parte de Grupo Reforma, uno de los principales grupos editoriales de México. En Georgia, EE.UU., dirigió la redacción de MundoHispánico, la publicación latina más antigua y de mayor circulación en el estado en ese entonces, perteneciente a The Atlanta Journal-Constitution. Su trabajo ha sido reconocido con premios Murrow de la RTDNA y José Martí de la Asociación Nacional de Publicaciones Hispanas (NAHP). Fue secretario de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos (NAHJ) y actualmente es co-director editorial de palabra, así como profesor adjunto en la Escuela de Periodismo y Comunicación W. Cronkite de la Universidad Estatal de Arizona (ASU). @RODCERVANTES
