Un respiro para los Dreamers

 

José Patiño, vice presidente de educación y asuntos externos de Aliento. Foto por Daniel Robles para palabra

 
 

Estudiantes indocumentados ganan una batalla por la igualdad educativa en Arizona, pero su futuro con DACA es incierto

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En la noche de las elecciones de medio término en 2022, José Patiño apenas podía contener el llanto. Sus labios temblaban y sus ojos estaban rojos por el desvelo, el cansancio, y la emoción. Ese día los residentes de Arizona votaron por una propuesta que permitiría que los inmigrantes indocumentados y los beneficiarios de DACA fueran elegibles para pagar la colegiatura como residentes en universidades estatales y colegios comunitarios.

Patiño estaba nervioso y ansioso; él no puede votar. A pesar de eso, trabajó muy duro para que la Propuesta 308 llegara a la boleta electoral. Esa noche, lo único que Patiño podía hacer era revisar y actualizar la página web de la Secretaría del Estado una y otra vez en espera de resultados; lo hacía cada cinco minutos, rezando y con la esperanza de que sus esfuerzos esta vez sí hubieran sido suficientes.

Patiño es, por definición, indocumentado; un soñador por naturaleza y un joven DACA por las clasificaciones políticas. Como beneficiario de este programa federal de Acción Diferida para Los Llegados en la Infancia, mejor conocidos como “soñadores” o “Dreamers”, Patiño ha cabildeado desde 2018 a favor de un proyecto de ley que apoye a los estudiantes indocumentados. Es  director de educación y asuntos externos de Aliento, una organización sin fines de lucro en Phoenix cuya misión es empoderar a los Dreamers e impulsar reformas que  brinden un camino hacia la legalización. Patiño tiene un título en Ingeniería Mecánica de la Universidad Estatal de Arizona, y una maestría en Educación Secundaria de la Universidad del Gran Cañón.

La Propuesta 308 permite que los estudiantes indocumentados califiquen para la matrícula estatal si se graduaron y asistieron al menos dos años a una preparatoria pública o privada de Arizona o su equivalente de educación en el hogar. Permite que cualquier estudiante de Arizona, independientemente de su estatus migratorio, sea elegible para recibir ayuda financiera estatal en universidades públicas y colegios comunitarios. Patiño es uno de esos estudiantes. Y ese día de las elecciones, José Patiño sabía que los votantes de Arizona estaban decidiendo su futuro.

Voluntarios esperan los resultados sobre la Propuesta 308 el día de las elecciones. Foto de Daniel Robles para palabra

Llevar la Propuesta 308 a la boleta no fue sencillo. Los soñadores necesitaban que los republicanos dejaran atrás diferencias políticas y apoyaran la iniciativa de ley.

“Esta vez, en especial, necesitábamos a dos republicanos que estuvieran dispuestos a ir en contra de su partido y que pudieran lidiar con las consecuencias”, dijo Patiño.

Lo habían intentado por cuatro años, pero en 2022, sin hacer mucho ruido, buscó aliados en ambos partidos y ayudó a redactar el proyecto de ley que podría obtener apoyo bipartidista.

“Lo logramos porque lo hicimos en secreto”, dijo Patiño. “Básicamente le estábamos pidiendo a los republicanos que arriesgaran sus carreras y cometieran, en muchos sentidos, un suicidio político. Pero sus valores eran firmes…y lo hicieron, y pudimos hacer que se aprobara”.

Los primeros resultados electorales llegaron alrededor de las 8:00 de la noche.

Cuando vio los números, a Patiño le empezó a temblar la quijada de la emoción y aplaudió con fuerza, como si con el movimiento de sus manos pudiera sacudirse o librarse de las lágrimas que le corrían por las mejillas.

Los votos a favor de la Propuesta 308 lideraban la contienda. "Nos han dicho ‘no’ por mucho tiempo y significaría mucho recibir un 'sí”.

“Siento, que por fin nos ven, como que por fin reconocen que estamos aquí”, dijo Patiño.

Pero lo dijo con cautela, midiendo sus palabras. No podía cantar victoria. Las elecciones de medio término estuvieron reñidas en la mayoría de las contiendas y su futuro ya no dependía de ellos. Trataba de mantenerse calmado y no pensar demasiado, pero era difícil. Sentirse asÍ no era nada nuevo para Patiño, quien por mucho tiempo ha tenido que lidiar con los desafíos mentales y emocionales de ser indocumentado.

Contar sus historias

Patiño y decenas de voluntarios pasaron meses tocando puertas, motivando al electorado latino, explicándole a los demás lo que era vivir como estudiante indocumentado, compartieron las historias de sus sueños truncos y las ganas que tenían de, con su talento, educación, y fuerza, sí engrandecer a un país que ellos consideraban su hogar.

José Patiño (derecha) y voluntarios en la sede de Aliento. Foto de Daniel Robles para palabra

Casi un mes después de la elección, se certificaron los resultados: la Propuesta 308 ganó por poco más de 60,000 votos. El entonces gobernador Doug Ducey la firmó y se convirtió en ley el 5 de diciembre de 2022.

Ese mismo mes, las instituciones educativas de Arizona, como los colegios comunitarios y las universidades, modificaron sus procedimientos y políticas para acatar los cambios que entrarán en vigencia para el semestre de primavera-verano de 2023.


‘No éramos lo suficientemente buenos para ir a la universidad. No era uno lo suficientemente bueno para obtener la beca’.


Ahora, los estudiantes indocumentados que costeaban hasta $30,000 al año para asistir a la universidad,  pagarán aproximadamente la mitad en su matrícula. Y, según la organización Education Forward Arizona, unos 3,600 estudiantes indocumentados que cada año se gradúan de las escuelas secundarias se beneficiarían mediante esta ley.

La promulgación de la Propuesta 308 se convirtió en un fuerte revés para la política local. En 2006, los votantes aprobaron una medida que prohibía a estos mismos estudiantes indocumentados que viven en Arizona tener acceso a la matrícula estatal o ayuda financiera financiada o subvencionada por el estado.

“No importaba lo que hicieras, no importaba que trabajaras tan duro e hicieras tu tarea. No importaba que eras el primero de tu clase. No importaba que llenaras todas estas solicitudes de becas, nunca era suficiente”, dijo Patiño recordando esa medida mejor conocida como la Propuesta 300. “No éramos lo suficientemente buenos para ir a la universidad. No era uno lo suficientemente bueno para obtener la beca. Siempre nos trataron diferente. Y siempre pensé que no era justo”.

Por todas las trabas que supuso la Propuesta 300, Karina Ruiz tardó 12 años en terminar la universidad. Lo que a un estudiante en promedio le hubiera tardado tres o cuatro años, a ella le tomó al menos el triple de tiempo.

Ruiz es la directora de Arizona Dream Act Coalition, una organización sin fines de lucro que se dedica a luchar por los derechos de los inmigrantes y por el acceso a la educación superior para los jóvenes inmigrantes en Arizona. Al igual que Patiño, Ruiz es indocumentada. Con la Propuesta 300, Ruiz no solo tardó más en graduarse, sino que tuvo que pagar tres veces más por crédito universitario en comparación con los ciudadanos y residentes de Arizona con estatus legal, y no pudo calificar para la mayoría de las becas.

 Karina Ruiz en su oficina de la Arizona Dream Act Coalition. Foto por Daniel Robles para palabra

“Me iba a graduar, a tener una carrera, pero no iba a poder trabajar porque no tenía un permiso de trabajo…entonces era muy difícil decidir entre comer y formar una familia o estudiar”, dijo.

En mayo de 2015, la soñadora mexicana se graduó de la Universidad Estatal de Arizona con una Licenciatura en Bioquímica. Sus tres hijos son ciudadanos estadounidenses y el mayor votó en las elecciones de 2022 para representar los valores y prioridades de su familia de estatus mixto.

Una investigación del American Immigration Council indica que obtener un título universitario pagando la matrícula estatal aumentaría las ganancias de los Dreamers de Arizona en más de $28 millones al año. Eso también podría significar un aumento de casi $5 millones anuales en los ingresos fiscales federales, estatales, y locales.

Según la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales, Arizona se suma a otros 19 estados que permiten el pago de colegiatura estatal para estudiantes indocumentados: Arkansas, California, Colorado, Connecticut, Florida, Illinois, Kansas, Maryland, Minnesota, Nebraska, New Jersey, New México, Nueva York, Oregón, Oklahoma, Rhode Island, Texas, Utah, y Washington. 

Pero la victoria de la propuesta de ley de la matrícula estatal no significa que la lucha haya terminado. Nueve estados liderados por republicanos recientemente le pidieron a un juez en Texas que acabe con el programa federal de DACA. Si el tribunal falla en contra de la política federal de DACA, terminaría con la protección que ahora tienen los Dreamers contra una posible deportación. Los estudiantes indocumentados en Arizona aún podrían obtener la matrícula estatal en Arizona, pero no podrían renovar sus permisos federales de trabajo.

“DACA tampoco es una solución permanente, pueden quitarlo en cualquier momento y regresarnos al limbo”, explicó Ruiz. “Eso es lo que estamos viendo, tenemos que seguir luchando por un camino hacia la legalización”. Un proyecto de ley bipartidista sobre DACA con un camino hacia la ciudadanía se volvió a presentar recientemente en el Senado federal.
La noche del 8 de noviembre, Patiño y Ruiz la pasaron  en dos lugares de Phoenix. Ambos dicen que esa noche se acostaron con más esperanza que incertidumbre, y después de mucho tiempo, cuentan que pudieron dejar de lado sus miedos, aunque sea por unas horas. En lo más profundo de sus corazones sabían que la Propuesta 300 pronto sería anulada.

El futuro

Para Zabdi Hernández Pérez, la aprobación de la Propuesta 308 representa la oportunidad de seguir soñando. Sus padres la trajeron a Estados Unidos desde Puebla, México, cuando era apenas una bebé. Hernández Pérez es la primera en su familia en graduarse de la universidad. Lo hizo sola, trabajando para pagar su matrícula y es beneficiaria de DACA.

“Se estaba poniendo difícil. La escuela (preparatoria) me decía ‘no puedes, no te vas a graduar con clases universitarias’. Y seguí la lucha, mi lucha. Y llegó el último año. Fui la primera estudiante inmigrante en graduarse con créditos universitarios en esa escuela. Y siento que ahora todo pasa por algo”, dijo.

Hernández Pérez ahora puede darse el “lujo” de obtener una maestría en Arizona, mientras trabaja y es voluntaria en causas que ayudan a Dreamers como ella a lograr el camino hacia la legalización.

Voluntarios de Aliento celebran la esperanza de la delantera en las urnas la noche de las elecciones. Foto de Daniel Robles para palabra

Hay miles de historias como la de Hernández Pérez, Patiño y Ruiz en Arizona donde más de 36,000 Dreamers son elegibles para DACA. Según Higher Ed Immigration Portal, una página de internet con información sobre DACA, Estados Unidos alberga a más de 427,000 estudiantes indocumentados inscritos en educación superior; más de 9,000 están en Arizona.

“Es muy agotador emocional y psicológicamente...tratar de demostrarle a la gente que eres humano y que eres igual o que tienes los mismos derechos que ellos”, dijo Patiño.

Pero aun así, siguen soñando.

“Sueño con un mundo donde todos tengan una oportunidad”, expresó Patiño. “Algo de igualdad, algo de equilibrio, algo de justicia. Que no importe dónde naciste, tu estado legal, tu género, tu etnia, tu clase, lo que importa es lo que hay dentro de ti. Y eso es lo que vas a recibir porque trabajas para ello”.

Maritza L. Félix es una galardonada periodista independiente, productora, y escritora en Arizona. Es la fundadora de Conecta Arizona, un servicio de noticias en español que conecta a personas en Arizona y Sonora, México principalmente a través de WhatsApp y las redes sociales. Es cofundadora, coproductora y copresentadora de Comadres al Aire y Cruzando Líneas.

Daniel Robles es fotógrafo y diseñador gráfico independiente con más de 18 años de experiencia. Es director de arte e ilustrador de Conecta Arizona. Su trabajo ha aparecido en diferentes revistas y medios de comunicación a nivel internacional.

 
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