¿Puede Nueva York coronarse como la nueva capital de la literatura en español?

 

Emely Ramos, Ana María Ramos, y Juan Salas en la Librería Barco de Papel Comunitaria, en Jackson Heights, Queens, un vecindario con una gran población latina. Ana María y Juan trabajan en la librería; Emely es una visitante habitual. Los amigos son ávidos lectores de literatura en español. Foto de Daniela López Amézquita para palabra

 

Con una escena editorial en auge y premios que cruzan fronteras, la Gran Manzana podría consolidarse como el laboratorio donde se reinventa el futuro del idioma.

La primera vez que Amaury Colmenares publicó una novela fuera de su natal México fue con Acequia, ganadora del Premio Hispanoamericano de Narrativa Las Yubartas. Antes, había publicado Grimorio en la colección Molinos de Viento, de la editorial de la Universidad Autónoma Metropolitana de México. La experiencia con Acequia fue completamente nueva. Se enteró de la convocatoria por redes sociales y confió en que su novela — que, según él, coincidía conceptualmente con el premio — sería seleccionada.

El acuerdo con el ganador era sencillo e innovador: la obra seleccionada se publicaría en diez editoriales independientes de distintos países de América Latina y recibiría el galardón durante la Feria Internacional del Libro de la Ciudad de Nueva York (FILNYC) en 2024, que organizaba el premio. Esta iniciativa, en alianza con el Instituto de Estudios Mexicanos de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY, por sus siglas en inglés), buscaba reconocer al ecosistema editorial independiente y a obras literarias que expresaran el carácter migratorio de la cultura hispana y un compromiso con el medio ambiente.

Colmenares fue el elegido. Su novela fue reconocida porque “celebra la riqueza y la vitalidad de la narrativa hispanoamericana, trascendiendo fronteras y uniendo culturas”, mencionó José Higuera López, director del Instituto de Estudios Mexicanos y fundador de la Feria Internacional del Libro de la Ciudad de Nueva York.

“El hecho de que Acequia se haya publicado en 10 países al tiempo es una dinámica que antes solo podían lograr las editoriales transnacionales enormes. Este premio resuelve eso, porque las editoriales no tienen que contratar una distribuidora para que el autor llegue a otros países y sea leído”.

 

“Acequia”, novela de Amaury Colmenares, ganadora del Premio Hispanoamericano de Narrativa Las Yubartas. Foto de Daniela López Amézquita para palabra

 

A raíz de este fenómeno, el escritor y crítico literario español Carlos Pardo planteó una pregunta en su ensayo, “Deseo de ser latinoamericano”: ¿Es Nueva York un nuevo centro de validación de la literatura escrita en español?

“Cuando me refiero al centro validador, me refiero a las estructuras, jerarquías sólidas, y a lo que determina el canon literario en la actualidad”, dijo Pardo.

Durante décadas, Madrid, Barcelona, Buenos Aires, y la Ciudad de México concentraron la industria editorial en español.

“Antes había una idea de que todos los autores latinoamericanos tenían que pasar por España para llegar a Latinoamérica”, dijo Andrea Montejo, fundadora de la agencia literaria Indent, que representa a autores alrededor del mundo que escriben en español, portugués, e inglés.

Pero desde 2020 han surgido nuevos escenarios para la literatura en español en Nueva York: La FILNYC comenzó a convocar a más participantes tras la pandemia, se inauguró el Premio Las Yubartas, la maestría en Escritura Creativa en Español de la Universidad de Nueva York (NYU) graduó a su primera clase, y la Biblioteca Pública de Nueva York aumentó su catálogo en español. Aun así, la literatura en español sigue teniendo poca visibilidad en la ciudad y un público lector limitado.

“El ecosistema literario en español en la ciudad ha ido madurando mucho”, dijo Dejanira Álvarez Cárdenas, directora general de la FILNYC. “Ahora hay clubes de lectura, espacios de lectura comunitaria abierta al público, la Casa Hispánica se ha vuelto un centro cultural, el Instituto Cervantes está diversificando la programación, y la maestría de escritura creativa está formando a una nueva generación de escritores”.

 

Dejanira Álvarez Cárdenas, directora ejecutiva de la Feria Internacional del Libro de Nueva York (FILNYC), afuera de las oficinas del Instituto de Estudios Mexicanos ubicado en Lehman College. Foto de Daniela López Amézquita para palabra

 

Sin embargo, esta proliferación de espacios no está al alcance de todos.

Según una encuesta de Statista sobre hábitos de lectura en Estados Unidos, el tiempo dedicado diariamente a la lectura aumentó durante la pandemia de COVID-19 en 2020 y luego disminuyó en casi todos los grupos raciales y étnicos, excepto entre los hispanos/latinos. Las personas anglosajonas y afroamericanas leían en 2019 un promedio de 0.31 y 0.1 horas, respectivamente; en 2020, 0.37 y 0.24. Sin embargo, entre los latinos, el promedio se ha mantenido en 0.1 horas diarias durante los últimos cinco años.

El perfil del lector que va a estos eventos suele ser de latinoamericanos con educación universitaria y un acercamiento intelectual a la literatura.

Eso lo notó Mariana Navarrete, mexicana de 25 años, cuyo círculo social incluye personas no vinculadas a carreras intelectuales, como meseros o conductores de Uber.

“La feria del libro es muy enriquecedora, pero el formato no tiene compasión con las comunidades latinas de Nueva York”, dijo Navarrete. “No hay espacio para las comunidades de jornaleros, meseros, o mujeres que trabajan en la limpieza. Y ellos son la mayoría de latinos que hay aquí”.

En Nueva York, el 46% de los latinos trabajan en el sector de servicios y ventas, y el 28% en construcción, producción, y transporte, según datos de la Oficina de Inmigrantes de la Ciudad de Nueva York. 

Así, el crecimiento de espacios literarios en español no se ha traducido en mayor alcance ni en un aumento de lectores, a pesar del crecimiento sostenido de la población latina desde 2021.

 

La Librería Barco de Papel Comunitaria, en el corazón de Jackson Heights, Queens, es un espacio cultural para artistas, poetas, y escritores — emergentes y premiados — que buscan conectar con la comunidad. Foto de Daniela López Amézquita para palabra

La Librería Barco de Papel Comunitaria promueve el acceso a literatura en español para lectores latinos. Foto de Daniela López Amézquita para palabra

Mil Mundos, una cooperativa multilingüe en Bushwick, Brooklyn, celebra desde el 2019 el legado afroamericano, latino, e indígena. El vecindario incluye comunidades puertorriqueñas, dominicanas, mexicanas, y ecuatorianas. Foto de Daniela López Amézquita para palabra

 

“Se está construyendo un centro validador en el mundo anglosajón porque el éxito ahora pasa por ser publicado en Estados Unidos y escribir obras para un lector estadounidense”, dijo Pardo. “El problema es que esas obras no están alcanzando al lector o lectora potencial que podrían alcanzar, a los latinos. Si eso pasara, podrían llegar a crear una conciencia latinoamericana emancipadora dentro de Estados Unidos”.

Esto refleja una falta de esfuerzos sistemáticos para fomentar tanto el uso del español como el hábito de lectura en este idioma.

“Actualmente no hay las circunstancias ideales para que Nueva York se convierta en un centro para la literatura en español”, dijo Álvarez Cárdenas. “Faltan espacios que generen la experiencia lectora. Los lectores se forman desde niños: En inglés es común la hora del cuento antes de dormir, pero en las comunidades hispanas los padres trabajan mucho y eso no ocurre. En las escuelas tampoco se incentiva que los niños bilingües sigan hablando español a medida que crecen”.

“Falta que la Biblioteca Pública de Nueva York empiece a tener programación en español y las librerías mayor oferta de libros en español”, añadió.

 

Mariana Navarrete en Astoria, Queens, lee “Pánico o Peligro,” de María Luisa Puga. Navarrete es periodista egresada de la maestría en Periodismo Bilingüe de la Escuela de Posgrado de Periodismo Craig Newmark en CUNY. Foto de Daniela López Amézquita para palabra

Lina Munar lee “El lugar de la noche,” de David Ornelas en el metro de Nueva York. Ambos son egresados de la maestría en Escritura Creativa de NYU. La novela más reciente de Munar, “Imagina que rompes todo”, fue publicada por Himpar Editores. Foto de Daniela López Amézquita para palabra

Héctor Celis lee en su casa “Los papeles salvajes” de Marosa Di Giorgio. Celis tiene un doctorado en Literatura Española y Portuguesa de NYU y es autor de la novela “Mar es la Tierra,” publicada por Editorial Alfaguara. Foto de Daniela López Amézquita para palabra

Ana Paula Tigar lee en Manhattan su libro de poemas “El cordón,” publicado por Buenos Aires Poetry. Tigar es cónsul del Instituto Cultural Mexicano en Nueva York y egresada de la maestría en Escritura Creativa en español de NYU. Foto de Daniela López Amézquita para palabra

 

Navarrete, como lectora, resalta que su acceso a literatura en español ha sido más fácil en otros estados con alta presencia latina, como California o partes de la Florida.

“En Tampa era muy difícil acceder a libros en español, y en San Francisco había un poco más de variedad”, dijo. “Pero en Nueva York hay mucho más que en San Francisco. Aquí voy a la biblioteca pública de Queens y encuentro autores que no son los de siempre. Es decir, hay más que solo Octavio Paz o García Márquez, que después de todo son los que han hecho la literatura inaccesible”.

La falta de espacio para la literatura en español también se nota en la recepción que tienen los manuscritos en este idioma por parte de las editoriales.

“No diría que Nueva York sea el reemplazo de Barcelona, Buenos Aires, o la Ciudad de México, porque el mundo editorial de Nueva York no recibe contenido original en español y muy pocos leen en otro idioma que no sea inglés”, dijo Montejo.

 

Pese al crecimiento de la oferta literaria en español en Nueva York, su establecimiento como pilar cultural responde más a las dinámicas comunitarias que a las realidades del mercado del libro. Foto de Daniela López Amézquita para palabra

 

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La tasa de libros publicados en Estados Unidos que son traducciones es del 3%, según un estudio de la Universidad de Rochester. De esa cifra, solo el 0.7% corresponde a ficción literaria y poesía traducidas. En contraste, países con una industria editorial fuerte, como España y Francia, tienen tasas del 25% y 27%, respectivamente.

Aunque los espacios para la literatura en español están creciendo, la posibilidad de que Nueva York se convierta en un centro de validación depende más del imaginario cultural que de la realidad del mercado editorial. Colmenares reconoce que esa puede ser una de las ventajas de haber publicado en esta ciudad.

“Nueva York como concepto tiene peso por ser la capital cultural del mundo capitalista actual”, dijo. “Es más fácil que personas de diez países distintos se reúnan en Nueva York para hacer el Premio Las Yubartas que en un lugar como Cuernavaca, en México. O que una institución de gobierno apoye con recursos una iniciativa de la Universidad de Nueva York, en vez de una institución más pequeña de Latinoamérica”.

 
 

Ana María Betancourt es una periodista y literata colombiana. Vive en Nueva York y cuenta con una maestría en Periodismo Bilingüe de la City University of New York. En su carrera como periodista se ha dedicado a cubrir salud, derechos sexuales y reproductivos, y la intersección entre la cultura y la comunidad inmigrante latina en Estados Unidos. @anamariabetancourto

Daniela López Amézquita, es productora audiovisual mexicana egresada de la licenciatura en Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco (UAM-X) en la Ciudad de México y del New Media Narratives One Year Course Program del International Center of Photography (ICP) en Nueva York. En México trabajó en la Cineteca Nacional de México como productora para medios audiovisuales, donde descubrió su pasión por el cine y colaboró con importantes instituciones culturales como el Museo del Palacio de Bellas Artes y la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México. Actualmente, Daniela impulsa iniciativas para difundir la cultura mexicana y acercar recursos a la comunidad mexicana en Estados Unidos como Coordinadora de Redes Sociales en el Instituto de Estudios Mexicanos, y también se desempeña como asistente de las clases de video del Youth Photo League y del Film Fellowship Program del Bronx Documentary Center. @sritaluz

Patricia Guadalupe, criada en Puerto Rico, es una periodista multimedia bilingüe radicada en Washington, D.C., que cubre las noticias de la capital para medios en inglés y español, además de ser co-editora de palabra. Fue presidenta del local en Washington, D.C., de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos y anteriormente trabajó como reportera en la ciudad de Nueva York. Ha sido editora y reportera de Hispanic Link News Service, reportera de WTOP Radio (afiliada de CBS News), corresponsal en Washington de WKAQ Radio y Radio Bilingüe, reportera colaboradora de la cadena CBS Radio y Latino USA de NPR, y es corresponsal  para NBC Latino y la revista Latino, entre otras. Es graduada de Michigan State University y tiene una maestría de la George Washington University. También es profesora adjunta en la Facultad de Comunicación de American University y en el buró de Washington de la Facultad de Periodismo de Florida International University. @PatriciagDC