Disciplina dispareja

 
 
 

Los expertos dicen que las disparidades en las acciones disciplinarías justifican que se investigue más. Ilustración por Camilla Forte

Derechos civiles en riesgo: Estudiantes afroamericanos y latinos reciben más suspensiones por faltar a clase

Nota del editor: Este artículo acerca de prejuicio racial en la disciplina escolar fue producido por The Hechinger Report, una organización de noticias independiente sin fines de lucro enfocada en la desigualdad y la innovación en la educación, y el Arizona Center for Investigative Reporting, una sala de redacción independiente, no partidista y sin fines de lucro dedicada a la investigación basada en datos en todo el estado.

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GLENDALE, AZ. — Camron Olivas ha sido suspendido al menos cinco veces en los últimos años por llegar tarde a clase. Mientras su mamá cuida a su hermana pequeña, el hermano mayor de Camron lo lleva a la escuela y con frecuencia llegan después del primer timbre. Camron reconoce que durante el día, a veces se queda demasiado tiempo en los pasillos entre clases, hablando con sus amigos.

Los castigos por la tardanza del adolescente se han vuelto más severos: Primero fueron advertencias, luego suspensiones en la misma escuela, y finalmente  suspensiones fuera de la escuela.

Camron, de 15 años, asiste a Deer Valley High School, al oeste de Phoenix, donde según datos del distrito, es uno de los muchos estudiantes hispanos que han sido suspendidos por infracciones de asistencia. Camron, quien también es nativo americano, pasó un día entero en la sala de suspensión de la escuela en octubre, castigo que lo obligó a perder siete periodos completos por llegar unos minutos tarde de vez en cuando. Al día siguiente, tuvo que ponerse al día con el material, al mismo tiempo que aprendía nuevas lecciones.

“Nunca me pareció lógico”, dijo Camron sobre el castigo.

Camron Olivas, de 15 años, llega tarde a la escuela de vez en cuando y también suma tardanzas durante la jornada escolar. En su distrito, Deer Valley Unified, los hispanos y nativo americanos están sobrerrepresentados entre los estudiantes suspendidos por infracciones de asistencia. Foto por Isaac Stone Simonelli para AZCIR 

Una investigación realizada por The Hechinger Report y el Arizona Center for Investigative Reporting (AZCIR) reveló que los estudiantes de Arizona son suspendidos por no presentarse a clase, ya sea porque lleguen tarde, salgan del campus al mediodía o no asistan. Según los datos, los afroamericanos, latinos y nativos americanos suelen estar sobrerrepresentados entre los estudiantes a quienes se les impide ir a clases por haber faltado a clase — que algunos argumentan es evidencia de una posible violación de derechos civiles.

A nivel nacional, investigadores académicos han relacionado las disparidades disciplinarias similares a las que se ven en Arizona con las políticas de asistencia escolar y la aplicación desigual del castigo. Las políticas suelen tolerar más las razones que los estudiantes blancos comúnmente presentan para faltar a clase. Además, los educadores asignan desigualmente sanciones de todo tipo, lo que le da cabida a los prejuicios. Las consecuencias pueden ser graves: estas desigualdades en la disciplina escolar — lo que algunos investigadores han denominado la “brecha de castigo” — contribuyen directamente a las diferencias raciales en el rendimiento académico.

“Los estudiantes tienen derecho a ser tratados de manera equitativa con sus compañeros, y cuando hay una desproporcionalidad inexplicable, realmente les corresponde a las escuelas entender por qué existe esa desproporcionalidad y trabajar para rectificarla”, dijo Darrell Hill, abogado y director de política de la American Civil Liberties Union de Arizona.

Los estudiantes de grupos históricamente marginados que reciben suspensiones excesivas por tardanzas o ausencias sin excusa “definitivamente” podrían tener motivos para un reclamo de derechos civiles, dijo Hill.

La investigación de Hechinger/AZCIR ofrece uno de los análisis más profundos sobre suspensiones por infracciones de asistencia que se ha realizado. Debido a que la mayoría de los estados y el gobierno federal no recopilan datos detallados sobre los motivos detrás de estas suspensiones, el alcance de esta controversial práctica ha permanecido desapercibido durante mucho tiempo.

El análisis reveló casi 47,000 suspensiones por infracciones de asistencia en los últimos cinco años escolares, en más de 80 distritos que suspendieron a estudiantes por faltar a clase. Es probable que la verdadera magnitud del problema sea mucho mayor, ya que casi 250 distritos no proporcionaron datos completos en respuesta a las solicitudes de registros públicos.


‘Me vas a suspender por llegar tarde, y luego vas a hacer que me atrase más en clase. ¿Cuál es el punto?’


En total, los estudiantes afroamericanos e hispanos estuvieron sobrerrepresentados entre los castigados cada año, entre 20 distritos que proporcionaron datos demográficos utilizables. (Juntos, representaron el 90% de todas las suspensiones relacionadas con la asistencia en la muestra). En el último año escolar, por ejemplo, los estudiantes afroamericanos representaron el 6% de la matrícula total en los 20 distritos, pero recibieron el 15% de las suspensiones. Los estudiantes hispanos constituyeron el 43% de la matrícula pero recibieron el 68% de las suspensiones.

Mientras tanto, los estudiantes blancos estuvieron subrepresentados: Aunque representan el 37% de matrícula, recibieron solamente el 23% de las suspensiones.

Entre la docena de distritos con suficientes datos para evaluar la representación de los nativos americanos, en algunos casos, estos estudiantes representaron el doble o el triple de la proporción de suspensiones que se esperaría ver tomando en cuenta su proporción de matrícula.

Cuando se le presentaron los resultados del análisis, Kathy Hoffman, la exsuperintendente de instrucción pública de Arizona, emitió un comunicado diciendo que los hallazgos confirmaron “por qué es vital que Arizona se centre en el trato justo y equitativo de todos los estudiantes”. Pero no abordó el papel del estado durante su mandato de cuatro años, sino que instó a su sucesor recientemente electo a “trabajar con nuestras escuelas para encontrar soluciones que animen y apoyen a los estudiantes de color (personas no blancas) en Arizona” una vez que preste juramento.

“Cuando los estudiantes de color son disciplinados de manera desproporcionada, afecta el tiempo que pasan aprendiendo en el salón de clases y obstaculiza su capacidad para tener éxito académico”, dijo Hoffman.

Los estudiantes de Dysart High School hablan de suspensiones rutinarias por llegar tarde a la escuela. Según datos del distrito, los hispanos y negros están sobrerrepresentados entre los estudiantes suspendidos por infracciones de asistencia. Foto por Tara García Mathewson para The Hechinger Report.

Bajo la administración de Barack Obama, los departamentos de Justicia y Educación de Estados Unidos emitieron en conjunto una guía para las escuelas enfocada en las disparidades raciales en la disciplina escolar. Advirtieron que cualquier política disciplinaria que perjudique a los estudiantes de alguna raza en particular y que “no sea necesaria para alcanzar una meta educativa importante” violaba la ley de derechos civiles.

Las agencias destacaron las suspensiones fuera de la escuela por ausencias como motivo de especial preocupación.

“A una escuela”, decía la guía, “probablemente se le haría difícil demostrar que excluir a un estudiante de asistir a la escuela en respuesta a los esfuerzos del estudiante por evitar la escuela era necesario para alcanzar un objetivo educativo importante”.

La administración Trump rescindió la guía en 2018, alegando que iba más allá de lo que requería la Ley de Derechos Civiles. Pero los departamentos afirmaron que “las sólidas protecciones contra la discriminación por raza, color y origen nacional… siguen sin cambiar”.

Bajo la administración de Biden, la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación aún no ha emitido una nueva guía sobre el tema. Pero la subsecretaria Catherine Lhamon, quien estuvo a cargo de la misma oficina bajo Obama, dijo que su personal usaría el mismo proceso que habia usado anteriormente para evaluar si las disparidades en la disciplina constituyen discriminación ilegal.


‘Es más o menos cómo te vean. Si sales con ciertos niños, sucede mucho. Sobre todo por llegar tarde’.


La Oficina de Derechos Civiles considera más que solo datos al decidir si hubo discriminación o no. Pero Lhamon dijo que los números descubiertos por el análisis de Hechinger/AZCIR ofrecen justificación para una investigación. “Las disparidades de cualquier tipo son notables y vale la pena evaluarlas”, dijo Lhamon.

“Estoy muy preocupada cuando escucho que los niños pierden tiempo de instrucción”, agregó.

En algunos distritos de Arizona, el desequilibrio entre quién es suspendido por infracciones de asistencia es extremo.

El Glendale Union High School District, por ejemplo, entregó casi 12,500 suspensiones por infracciones de asistencia en los últimos cinco años escolares. Y aunque los estudiantes latinos constituían alrededor del 60% de su matrícula, representaron hasta el 90% de los estudiantes suspendidos. Los estudiantes afroamericanos representaron alrededor del 8% de los estudiantes matriculados, pero tanto como el 21% de los estudiantes suspendidos, mientras que los estudiantes nativos americanos representaron alrededor del 2% de la inscripción y hasta el 6% de las suspensiones.

Kim Mesquita, portavoz del Glendale Union High School District, no comentó sobre las disparidades raciales en la disciplina escolar. En respuesta a las preguntas sobre el uso frecuente de suspensiones por infracciones de asistencia por parte del distrito, dijo que el distrito estaba “revisando los datos” y “determinando qué es efectivo y qué no”.

Los investigadores han descubierto que las disparidades raciales en cuanto a quién es disciplinado por ausentismo pueden atribuirse, en parte, a las propias políticas de asistencia. Los distritos escolares castigan a los estudiantes solo por ausencias injustificadas, lo que hace que la aprobación del distrito por faltar a la escuela sea crucial. Y los estudiantes blancos tienen más probabilidades que los de otras razas de ausentarse por razones que las escuelas justifican.

“El racismo está descaradamente escrito en las políticas”, dijo Clea McNeely, profesora investigadora de la Universidad de Tennessee que estudió las políticas de asistencia en una muestra representativa a nivel nacional de 97 distritos escolares.

McNeely y su equipo encontraron que los distritos escolares tenían menos probabilidades de excusar las ausencias causadas por circunstancias de la vida que suelen experimentar los niños afroamericanos, hispanos y nativos americanos.

Por ejemplo, los estudiantes que van al médico cuando están enfermos tienen más facilidad para recibir excusas por cuestiones de salud, a la vez que es más probable que las familias blancas reciban atención médica. Los niños cuyas familias no pueden costear  transporte de fiar tienen más probabilidades de acumular tardanzas que conducen a suspensiones. Las escuelas a menudo excusan la ausencia de un niño que visita a un padre en el ejército, pero no la del que visita a un padre encarcelado. La lista continúa. Siglos de discriminación, a veces patrocinada por el gobierno, han creado patrones raciales en torno a la pobreza y el encarcelamiento, lo que hace que las familias afroamericanas, latinas e indígenas tengan menos probabilidades de tener seguro médico, más probabilidades de vivir en la pobreza y más probabilidades de lidiar con el encarcelamiento.

En tres distritos donde el equipo de McNeely estudió las ausencias individuales, el 13% de las ausencias de los estudiantes blancos se consideraron injustificadas, en comparación con el 21% de las ausencias de los estudiantes hispanos y el 24% de las ausencias de los estudiantes afroamericanos e indígenas.

Los distritos de Arizona tienen políticas similares a las que analizó McNeely. En el distrito escolar Dysart Unified, por ejemplo, la enfermedad, las citas médicas y las vacaciones familiares aprobadas se encuentran entre las razones por las que los estudiantes pueden calificar para ausencias justificadas.

Los estudiantes afroamericanos representan alrededor del 7% de la matrícula de Dysart, pero recibieron hasta el 13%de las suspensiones en los últimos cinco años escolares. Los estudiantes hispanos representan alrededor del 40% de la matrícula y recibieron hasta el 67d% de las suspensiones.

Renee Ryon, vocera de Dysart Unified, dijo que la disciplina por infracciones de asistencia está claramente descrita en el manual del estudiante.

“O los estudiantes llegan a clase a tiempo o se les marca tarde o ausente”, dijo Ryon por correo electrónico. “Dysart se dedica a servir a todos los estudiantes, y seríamos negligentes si no hiciéramos todo lo que esté a nuestro alcance para garantizar que todos estén en clase a tiempo para aprender, independientemente de su demografía”.

Sin embargo, se cuestiona la sabiduría de suspender a los estudiantes por faltar a clase. Algunos estudiantes de Arizona dijeron que sus distritos no deberían suspender por infracciones de asistencia, lógica que coincide con la de los investigadores, defensores y educadores que afirman que el castigo no es la respuesta al ausentismo.

“Todos tienen algo en casa”, dijo DaMarion Green, estudiante de segundo año en Dysart High School. “Puede que estén pasando por algo y por eso llegan tarde, y esto no ayuda en nada”.

DaMarion, quien es afroamericano, dijo que ha sido suspendido unas cuatro veces por llegar tarde en las mañanas. Para él, todo parece ilógico.

“Me vas a suspender por llegar tarde, y luego vas a hacer que me atrase más en clase”, dijo DaMarion. “¿Cuál era el punto?”

Subjetividad en la disciplina 

A veces, las disparidades en la disciplina escolar se pueden atribuir directamente a quienes toman las decisiones con respecto a los castigos. Dos décadas de investigación han demostrado que los estudiantes afroamericanos, aunque no tienen más probabilidades de tener mal comportamiento, son más propensos que sus compañeros blancos a ser remitidos a la oficina del director, específicamente por ofensas subjetivas, como una actitud desafiante.

El equipo de McNeely encontró un patrón similar en el castigo por ausentismo. Los investigadores observaron de cerca las referencias a la corte sobre ausencias y ausentismo escolar en tres distritos escolares y descubrieron que los estudiantes indígenas, afroamericanos e hispanos tienen más probabilidades que sus compañeros blancos de ser enviados a la corte, incluso cuando pierden la misma cantidad de días de clases.

Los estudiantes de Arizona también describieron un nivel de subjetividad en la forma en que los educadores deciden quién es castigado por llegar tarde a clase, incluso si ninguno de los encuestados lo asoció con prejuicios raciales. En Deer Valley High School, escuela a la que asiste Camron, los niños notaron que algunos estudiantes no enfrentaron consecuencias por faltar a clase, mientras que otros fueron suspendidos.

El propio hermano de Camron, estudiante de último año de secundaria, llega tarde con la misma frecuencia que Camron. Pero la clase del primer periodo de su hermano este año es educación física, y el maestro es más indulgente, dijo Camron. Y aunque las tardanzas del mediodía de Camron ciertamente cuentan en su contra, sus compañeros describieron casos similares de trato disparejo.

“Es más o menos cómo te vean”, dijo Antoine Moore, de 16 años, quien dijo que nunca ha sido suspendido por infracciones de asistencia, pero conoce a estudiantes que sí. “Si sales con ciertos niños, sucede mucho. Sobre todo por llegar tarde”.

En Deer Valley Unified, la sobrerrepresentación de los afroamericanos e hispanos entre los estudiantes suspendidos en los últimos cinco años osciló entre 2 y 12 puntos porcentuales por encima de su porción de la matrícula.

El distrito escolar Dysart Unified alberga instalaciones grandes a lo largo de 140 millas cuadrados. Los estudiantes negros e hispanos están sobrerrepresentados entre los suspendidos por infracciones de asistencia. Foto por  Tara García Mathewson para The Hechinger Report

Gary Zehrbach, superintendente adjunto de liderazgo administrativo y servicios en el distrito, dijo que las suspensiones registradas por cuestiones de asistencia “generalmente estaban relacionadas con múltiples infracciones disciplinarias”, pero la frecuencia exacta no está clara en los datos. Zehrbach no respondió a las solicitudes de comentarios sobre las disparidades raciales en las suspensiones.

Aún así, no todos los estudiantes que tienen la costumbre de llegar tarde o tener ausencias injustificadas terminan suspendidos.

Jalen Greathouse, de 16 años, asiste a Valley Vista High School en el distrito escolar de Dysart Unified. Dijo que ser castigado o no por llegar tarde a clase depende, en parte, del maestro que supervisa la clase. Los maestros pueden optar por que los estudiantes que lleguen tarde sean “barridos” dentro de un salón de clases donde permanecen sentados el resto del periodo y los administradores evalúan si califican para una suspensión más prolongada.

“Algunos maestros están de acuerdo con eso”, dijo Jalen. “Otros maestros dicen, ‘Un segundo tarde — ve a ‘sweep’”.

Los estudiantes no dicen que su comportamiento se haya visto frenado por suspensiones por infracciones de asistencia. El castigo, después de todo, no les da control sobre mucho de lo que les impide ir a la escuela. Y cuando son suspendidos, algo que Jalen ha evitado hasta ahora, pierden tiempo de instrucción importante.

Los investigadores han descubierto que faltar a la escuela solo dos días al mes — por cualquier motivo — puede generar problemas graves. Los estudiantes que se ausentan mucho tienen más probabilidades de tener problemas para leer en tercer grado, obtener calificaciones más bajas en las pruebas de lenguaje y matemáticas en la escuela intermedia y abandonar la escuela secundaria. Los estudiantes que son suspendidos ven un rendimiento académico y tasas de graduación igualmente bajos, áreas en las que los estudiantes afroamericanos y latinos ya tienden a estar rezagados en comparación con sus compañeros blancos.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Kentucky y la Universidad de Indiana examinó el impacto de las suspensiones en las diferencias raciales en el rendimiento de lectura y matemáticas, y denominó a la disparidad racial la “brecha de castigo”. Un 20% de la diferencia en el rendimiento académico entre los estudiantes afroamericanos y blancos, dijeron, puede explicarse por la mayor tasa de suspensiones de los estudiantes afroamericanos.

Cuando la administración de Obama emitió su guía sobre la disciplina escolar, se enfocó en las disparidades raciales entre los estudiantes suspendidos. Tanto los partidarios como los críticos atribuyeron a la guía (actualmente “bajo revisión” por parte de la administración de Biden) la reducción de las suspensiones, en parte debido a la amenaza de investigación que implicaba.

En agosto, la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación de los Estados Unidos anunció una resolución con el Victor Valley Union High School District de California, en la que el distrito acordó revisar sus políticas de disciplina y eliminar las tardanzas y el ausentismo escolar como motivos de suspensión. La Oficina de Derechos Civiles encontró suficiente evidencia para concluir que el distrito disciplinó de manera desproporcionada a los estudiantes afroamericanos por faltar a clase, entre otras cosas.

Aún así, Lhamon dijo que los distritos escolares tienen la responsabilidad de cumplir la promesa de la Ley de Derechos Civiles, ya sea que su oficina esté investigando o no.

“La obligación es una obligación todos los días”, dijo, “para todas las comunidades escolares”.

Tara García Mathewson reporta sobre la desigualdad del sistema de educación a nivel nacional para The Hechinger Report y coordina la cobertura de Hechinger en Español. García Mathewson ha ganado premios por su reportaje e investigaciones acerca de la tecnología para educación, entre otros temas. Sus artículos han sido publicados por periódicos y revistas regionales y nacionales, incluso The New York Times, the Washington Post, The Boston Globe Magazine, The Christian Science Monitor y The Atlanta Journal-Constitution.

Maria Polletta es una reportera investigativa de AZCIR que se especializa en cubrir las disparidades en la educación. Antes de unirse a AZCIR, cubría temas de gobierno y política estatal para The Arizona Republic y USA Today Network, encabezando la cobertura de último minuto y de vigilancia de la Oficina del Gobernador de Arizona, La Oficina del Procurador General y la Corte Suprema del estado. Polletta también ha cubierto reforma de justicia criminal, asuntos de desigualdad, desarrollo económico y política municipal durante la última década, con reportajes publicados desde Arizona a México.

 
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