La reparación

 

Estudiantes en una sesión de tutoría después de clases en la escuela primaria Aragón en el vecindario Cypress Park en Los Ángeles. Foto por Zaydee Sanchez para palabra

 
 

El Distrito Unificado de Los Ángeles apuesta por la tutoría para la recuperación tras la pandemia, pero el progreso en muchas escuelas es lento

Click here to read this article in English.

Lourdes López, de 39 años, es una inmigrante de Oaxaca, México que vive con su marido, sus tres hijos y su cuñado en un apartamento de dos habitaciones escasamente amueblado en el sur de Los Ángeles.

Los días de clase durante la pandemia, cuando las clases se impartían a distancia, Lourdes daba a su hija mayor, quien ahora tiene 13 años y es gran aficionada a las matemáticas, el uso exclusivo del único dormitorio que utiliza la familia de cinco personas.

"Cerrábamos la puerta porque ella necesitaba estudiar y concentrarse", recuerda Lourdes, que también recuerda la espera para que llegaran las tabletas informáticas del distrito escolar para que los niños pudieran conectarse a clases. "Tardaron un buen rato", dice. 

En la sala del apartamento, la joven madre se esforzaba por conseguir que su otra hija, quien tenía 10 años y síndrome de Down - una condición  congénita que incluye discapacidad intelectual -, prestara atención a las clases en línea, rodeándola con los brazos para contenerla y animándola a escuchar.

"Decía: 'No quiero estar aquí', y yo tenía que abrazarla fuerte, mientras que el más pequeño, que no recibía ninguna instrucción, se limitaba a jugar y hacer ruido. Era difícil".

Lourdes se quedó en casa para monitorear la educación de sus hijos, vendiendo ocasionalmente productos Amway mientras su marido iba a trabajar.

Ella también tenía cosas que aprender.

"No estábamos acostumbrados a esto; no sabíamos cómo abrir una página web o hacer clic en el programa", recuerda.

El esfuerzo dio sus frutos: su hija mayor cursa ahora séptimo grado en la Escuela Especializada Irving en el noreste de Los Ángeles, que se concentra en STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas, por sus siglas en inglés), pero le preocupan sus dos hijos menores.

Alison, de 10 años, juega en su casa en el sur de Los Ángeles. Una pizarra interactiva proporciona ayuda visual con la tarea. Foto por Zaydee Sanchez para palabra

"Mi segunda hija estaba en un programa especial pero no recibió ninguna instrucción después de que cerraran las escuelas, no hasta el año siguiente", dice. "La más pequeña apenas empezaba preescolar y no recibió nada".

Como a Lourdes, a muchos padres les preocupa que sus hijos no puedan recuperar el tiempo escolar perdido durante la pandemia. Saben que el distrito escolar cuenta con miles de millones de fondos federales recibidos durante la crisis para ayudarle a recuperarse, pero creen que el despliegue de los programas existentes ha sido demasiado lento y desigual, dependiendo a menudo de la aplicación local a nivel escolar y dejando a muchos niños atrás. 

El uso de tutoría más allá del horario de clase se ha convertido en uno de los programas fundamentales que los líderes del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD)) esperan que permita a los estudiantes volver a la normalidad, y algunas escuelas han puesto en marcha lo que se denomina "tutoría de alta dosis", que implica clases en persona, individuales y en grupos reducidos para ayudar a los niños a ponerse al día.


‘Creo que es una pequeña migaja para nosotros los latinos. No estoy en contra del apoyo; al contrario, me parece muy poco’.


El LAUSD, con medio millón de alumnos - el 74% latinos -, es el segundo distrito escolar más grande del país. Es un distrito que cubre una gran área geográfica y que incluye escuelas públicas en la ciudad de Los Ángeles, así como ciudades más pequeñas y barrios no incorporados en el condado de Los Ángeles. (La controversia sobre la disponibilidad de tutorías es sólo uno de los varios retos importantes a los que se enfrenta LAUSD, incluyendo  una disputa sobre los salarios de los empleados que condujo a una reciente huelga de tres días).

"La alta dosificación significa que estamos infiltrando en todo el sistema muchas clases particulares", afirma Claudia Vela, directora de la escuela primaria Aragón, en el barrio de Cypress Park. "Son tutorías presenciales. Tenemos ayuda en línea con las tareas si la necesitan, pero nos estamos centrando en tutorías individuales de alta calidad con un tutor para pequeños grupos de estudiantes que más lo necesitan”.

La tutoría de alta dosis aún no se ofrece en todas las escuelas del LAUSD, aunque se ha prometido en todo el distrito. Y un viernes de febrero por la noche, Lourdes se unió a una llamada de Zoom con otros padres latinos para hablar de los problemas que tienen sus hijos para conseguir la ayuda extra que necesitan en la escuela. 

Se llaman a sí mismos "Nuestra Voz, Comunidades por una Educación de Calidad". Es un grupo pequeño, pero están muy motivados; se reúnen semanalmente para escuchar a oradores, discutir temas entre ellos, y asistir a reuniones escolares.

Lourdes López y su hija menor Alison. Foto de Zaydee Sanchez para palabra

Lourdes y otros padres se sienten frustrados. "Están dando unas horas más de clase; eso me parece nada para todo el dinero que están recibiendo y lo que pueden aprender en ese tiempo", comenta  a los otros padres en la llamada. "Creo que es una pequeña migaja para nosotros los latinos. No estoy en contra del apoyo; al contrario, me parece muy poco".

Menciona que su hija mayor toma clases los sábados vía Zoom en Irving Magnet, pero dice que sus otros dos hijos, ambos con necesidades especiales, hasta ahora han recibido pocas horas de tutoría.

Otros padres opinan lo mismo.

"Las notas de mi hija bajaron bastante", dice Rocío Elorza, que vive en East Hollywood y tiene una hija en secundaria y un hijo en primaria. "Así que pedí una reunión con los profesores y hasta el martes no empezaron a darle clases particulares".

Otra madre, que sólo se identificó como María Pilar, dijo que uno de sus hijos tiene dificultades en matemáticas. "Y en su escuela, en Highland Park, todavía están "planeando" las clases de tutoría", dice. "Todavía no tenemos información concreta".

Varios estudiantes de la escuela primaria Aragón abrazan a su maestra Diane López. Foto de Zaydee Sanchez para palabra

Un resquicio de esperanza para los estudiantes

En algunas escuelas del LAUSD, los programas de tutoría empiezan a ser prometedores. Es el caso de la escuela elemental Aragón, donde la directora Vela habla con entusiasmo de "escolarización todos los días de la semana".

"Sabemos exactamente quiénes son los alumnos que necesitan más apoyo", afirma.

En estos momentos, Aragón es el centro de referencia en Los Ángeles, y  ofrece tres sesiones diarias de tutoría después de las clases, así como clases los sábados, con un total de 16 tutores contratados a una empresa privada y formados por el personal. La financiación del programa procede de programas federales y estatales de recuperación educativa tras la pandemia.

La tutoría en el LAUSD incluye varios tipos de instrucción extra: ayuda en línea con las tareas, tutoría presencial o virtual de "alta dosis" con estudiantes en grupos reducidos, y algo llamado "intervenciones diseñadas localmente", en las que los profesores del LAUSD imparten lecciones académicas después de clase o los sábados.

El entusiasmo de Vela por el proyecto subraya la influencia que tienen los directores a la hora de determinar cuánta tutoría se ofrece en su escuela. Dice que los profesores de su escuela han visto muchas pruebas anecdóticas de que las clases particulares ayudan, y los resultados de los exámenes han subido "24 puntos en lectura y 16 en matemáticas".

Claudia Vela, directora de la escuela primaria  Aragón. Foto de Zaydee Sanchez para palabra

Nadia, una tímida estudiante de inglés como segundo idioma en el quinto grado de la escuela, dice que le gusta su clase de refuerzo de idioma y que siente que está progresando.

La niña recibe ayuda adicional para lectura tres días a la semana y los sábados, cuenta su madre, Lucía Pérez, quien aparte de Nadia tiene otros tres hijos. Dice que antes de la pandemia su hija estaba a punto de ser reclasificada como hablante habitual de inglés, pero el aprendizaje en línea no le sentó bien y la frenaron.

"Creo que las clases particulares la están ayudando mucho", dice. "Y a ella le encanta".

Pero en el gran Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, los resultados son desiguales.

Nadia, estudiante de quinto grado, en su salón de clases en la escuela primaria Aragón con su abrigo favorito. Foto por Zaydee Sanchez para palabra

Las últimas cifras sobre tutorías, publicadas por el LAUSD en marzo, muestran que sólo uno de cada cuatro alumnos recibe uno de los tres tipos de programas. Esto supone una mejora con respecto a uno  de cada 10 en noviembre, pero está lejos de lo prometido. 

"Tuvimos que hacer frente a muchas dificultades (para poner en marcha el programa de tutorías)", declaró la directora académica del LAUSD, Frances Báez. Explicó que primero había que investigar a los proveedores de tutores, y luego las empresas tuvieron problemas para encontrar suficientes tutores para contratar.

"Estábamos ofreciendo algún tipo de tutoría en la primavera y el verano de 22; en agosto de 2022, lanzamos la tutoría en línea con ayuda para las tareas".

El LAUSD recibió más de 4.000 millones de dólares en fondos federales para la recuperación tras la pandemia en virtud de la Ley del Plan de Rescate Estadounidense de 2021. Pero el distrito solo ha gastado alrededor del 50% de los fondos, según un análisis de Edunomics, un instituto de investigación de la Universidad de Georgetown que explora las finanzas educativas. Los fondos estaban disponibles para que los distritos abordaran la pérdida de aprendizaje por la pandemia e invirtieran en infraestructura y programas para abrir y operar con seguridad.

La tutoría es popular entre los padres, dijo Hanna Gravette, vicepresidenta regional en Los Ángeles de Innovate Public Schools, una organización sin fin de lucro que forma y organiza a los padres para exigir una educación de calidad. "Durante la pandemia, las familias ricas enviaban a sus alumnos a clases particulares, pero nuestras familias no tenían forma de hacerlo".

Alrededor del 80% de los estudiantes del LAUSD calificaban para almuerzos escolares gratuitos o a precio reducido antes de que California instituyera las comidas escolares gratuitas universales este año académico. Es decir, la gran mayoría provienen de familias de clase trabajadora o pobre. 

Después de que las escuelas volvieran al aprendizaje en persona en el otoño de 2021, los activistas de Innovate presionaron al LAUSD para que hiciera más y más rápido, después de lo que calificaron como un mediocre plan de aprendizaje a distancia durante la pandemia y la lenta implementación de programas de recuperación.

Estudiantes en su clase de tutoría. Foto de Zaydee Sanchez para palabra

"Los padres de muchas zonas pobres pedían clases particulares y no las recibían", afirma Gravette.

Innovate señala lo que ellos llaman "desiertos de tutoría", que definen como comunidades desatendidas de Los Ángeles donde los programas de tutoría con calidad son casi inexistentes.

Katy Meza, madre líder de Innovate, dice que su familia vive en uno de esos desiertos. Su hijo de diez años necesitaba urgentemente clases particulares, pero su escuela en South Gate, una pequeña ciudad de mayoría latina al sureste del centro de Los Ángeles y parte del LAUSD, ha tardado mucho en implementarlas..

El año pasado, los padres de su comunidad e Innovate presionaron al gobierno local y consiguieron dinero de las ciudades de South Gate y Huntington Park para contratar a una empresa privada de clases particulares.

“(Mi hijo) tuvo diez semanas de clases particulares gracias a eso", dijo. "Pero sé que lo que ocurre en su escuela se debe al director, que no es lo bastante activo porque otras escuelas ofrecen excelentes clases particulares".

Kathy Meza (izquierda) y su abuela Lupita en la sala de su casa en South Gate mientras Matthew hace su tarea. Foto por Zaydee Sanchez para palabra

Aun así, tanto Meza como Gravette dan crédito al superintendente del LAUSD, Alberto Carvalho, que llegó al distrito hace apenas un año, en febrero de 2022, por estar dispuesto a escuchar diferentes voces y corregir el rumbo cuando es necesario.

Después de reunirse con los padres de Innovate en noviembre, el distrito suavizó algunas de las regulaciones que dificultaban la plena aplicación de los programas de tutoría, dijo Gravette. 

Inicialmente, el distrito quería que las clases particulares se concentraran en las 100 escuelas con peores resultados - alrededor del 10% del distrito - y que las clases extra se impartieran sólo durante determinadas horas, añadió.


‘‘En teoría, los padres deberían poder dirigirse al director y decirle: ‘Quiero que se ofrezca tutoría de alta dosis en mi escuela’, pero hasta ahora la aplicación ha sido desigual’’.


"En noviembre, le pedimos que eliminara algunas de esas (normas) y que abriera las compuertas si no se cubrían las plazas. Este mes (febrero) anunciaron que van a ofrecer la tutoría de alta dosis en todas y cada una de las escuelas del LAUSD."

En teoría, los padres deberían poder dirigirse al director y decirle: "Quiero que se ofrezca tutoría de alta dosis en mi escuela", pero hasta ahora la aplicación ha sido desigual", añadió. 

Carvalho sigue recibiendo críticas por la respuesta del distrito. "La ayuda no está llegando a todas las familias que la necesitan", dijo Evelyn Alemán, de Nuestra Voz/Comunidades por una Educación de Calidad. Alemán acusa al distrito de lanzar programas a bombo y platillo en ruedas de prensa, pero de tardar demasiado en hacer llegar las mejoras a todas las escuelas.

palabra solicitó una entrevista con  Carvalho, pero el distrito ofreció en su lugar a la Directora Académica Frances Baez. Tom Kane, economista especializado en educación de la Universidad de Harvard, caracterizó recientemente el efecto de la pandemia en el rendimiento de los alumnos como el equivalente a "una banda de tornados atacando las escuelas", y ha afirmado que los esfuerzos actuales para ponerse al día probablemente serán insuficientes.

Kathy y su hijo Matthew en su vecindario South Gate.. Foto por Zaydee Sanchez para palabra

Pero en Aragón, donde una directora y un personal eficaces han permitido la rápida expansión de las intervenciones y las tutorías, profesores como Diane López ven una diferencia en la capacidad de sus alumnos para ponerse al día.

"Muchos llegaban a tercer grado y no recordaban cómo hacer sumas o restas básicas, que deberían haber aprendido en primero y segundo grado. La lectura no estaba tan mal, pero habían palabras a las que no estaban acostumbrados", dice. "Veo mejoras con los niños que van (a tutoría)".

La directora Vela piensa en un niño en particular cuando considera cómo esas clases extra pueden estar ayudando a los alumnos.

"Una profesora me contó cómo un alumno en concreto, Iván, que siempre se cae de la silla y está todo el rato desorientado, le dijo hace poco que le encanta ir a las clases particulares".

"La historia de Iván es que sus padres se acaban de separar; lleva varios meses sin ver a su madre, está desaliñado y tiene muchas necesidades", añade Vela. "Por eso siempre les digo a los tutores que son un modelo para los alumnos, una influencia positiva".

Palabras de aliento escritas en las paredes de la escuela primaria Aragón dirigidas a los estudiantes. Foto de Zaydee Sanchez para palabra

Desde que Vela empezó como directora en octubre, la escuela también ha añadido un programa de enriquecimiento musical para complementar la tutoría en asignaturas académicas como matemáticas e inglés.

"Es una comunidad preciosa, unos alumnos preciosos", dice Vela sonriente. "Decidimos ampliar las clases de música. También tenemos una orquesta extraescolar, así que los lunes estamos muy ocupados. Nuestros niños van a la práctica de música y también a clases de tutoría, y hacemos que funcione. Hemos visto un avance.”

Según el decano Pedro Noguera, de la Facultad de Educación Rossier de la Universidad del Sur de California, las clases particulares pueden servir para abordar la pérdida de aprendizaje y acelerarlo. "Ellos (los distritos escolares) tienen el dinero para hacerlo, pero la cuestión es cómo lo están utilizando".

Los padres con hijos en muchas escuelas se preguntan cuándo obtendrán todos los beneficios de los fondos que el LAUSD ha recibido para ayudar a los estudiantes. Están presionando para obtener más. 

Paula Meneses, madre de familia de la escuela primaria, participa regularmente en las reuniones del Comité Asesor de Estudiantes de Inglés (ELAC, por sus siglas en inglés) del LAUSD.

"Tuvimos una reunión en ELAC y pedimos cinco días de tutoría; sería mucho mejor. Están recibiendo tres días, y las sesiones son de menos de una hora cada una. Queremos al menos cinco días". 

Otra madre, María Hernández, resume de esta manera la ayuda hasta ahora recibida por sus hijos para ponerse al día: "No es mucho, después de todo lo que han perdido". 

Pilar Marrero es periodista y escritora con amplia experiencia en la cobertura de temas sociales y políticos en la comunidad latina.  Es autora de "Killing the American Dream" (En español, el titulo es El Despertar del Sueño Americano), que relata 25 años de desaciertos en la política de inmigración de Estados Unidos y sus consecuencias para el futuro económico del país. El libro está disponible en inglés y español. Pilar es editora asociada de Ethnic Media Services en San Francisco, y productora/consultora del documental "187, the Rise of the Latino Vote", de Public Media Group of Southern California. Fungió  como reportera y editora en el diario La Opinión durante 26 años.

Zaydee Sanchez es cronista visual, fotógrafa documental y escritora mexicana-estadounidense. Inspirada en su crianza en California en el valle agrícola de San Joaquín, en la ciudad de Tulare, su trabajo está arraigado en abordar las complejidades de la migración. Con un enfoque en los trabajadores, el género y el desplazamiento, ella busca que su trabajo sea significativo e impactante.

 
Feature, Españolpalabra.